17/3/2023
Según un nuevo informe de la ONU, la pobreza, y no la ideología, es lo que lleva a alistarse en las organizaciones extremistas violentas.
África sigue asumiendo las consecuencias conjuntas de la pandemia, la crisis climática y la inflación. Agravadas por los problemas sistémicos de seguridad, cada vez más ciudadanos se unen a las distintas facciones locales por motivos económicos y no religiosos.
Los grupos terroristas como Al-Shabaab y Boko Haram siguen afectando a la vida, la paz y la seguridad del continente, y amenazan con revertir para las generaciones venideras los avances en materia de desarrollo que tanto han costado de alcanzar.
Según el informe de la ONU, 'la desconfianza en el Gobierno y la insatisfacción con la prestación de los servicios públicos aumentan el atractivo de los grupos extremistas violentos, que se presentan como futuros estados y proveedores de servicios alternativos'.
Sin embargo, gracias a las iniciativas nacionales y las asociaciones a nivel regional e internacional se han desarrollado nuevas estrategias para ayudar a combatir el terrorismo.
Los países africanos también lideran las colaboraciones regionales e internacionales para reforzar las medidas de seguridad. Desde Ghana y Nigeria en el oeste hasta Somalia en el este, las nuevas iniciativas basadas en la inteligencia local y el apoyo internacional empiezan a dar sus frutos.
Como respuesta a la violencia yihadista vivida en la zona de Bawku, el ejército de Ghana ha anunciado recientemente la creación de una academia militar para formar a la nueva generación de estrategas y líderes militares. En Nigeria, la respuesta a la continua presencia de Boko Haram y la rama de la Provincia de África Occidental del Estado Islámico ha sido la creación de 'The Truth Alliance', una coalición de organizaciones de la sociedad civil que lucha contra la propaganda extremista tanto en Internet como en el mundo real.
Como cuenta la directora ejecutiva de la Neem Foundation, la Dra. Fatima Akilu:
'El objetivo de este proyecto es reducir el apoyo del público objetivo a los grupos extremistas violentos locales desacreditando sus actividades y aprovechando sus rencillas internas.
Además, queremos aumentar la capacidad de pensamiento crítico y de resistencia a la propaganda y desinformación de los extremistas violentos del público objetivo', explica.
Tras décadas de ataques de los insurgentes, Al-Shabaab sigue truncando las vidas de las poblaciones rurales de Somalia.
Los clanes y las aldeas siempre han intentado resistirse a las exigencias del grupo terrorista, como un impuesto llamado 'zakat' o ganado, armas y jóvenes que puedan convertir en soldados. Ahora, gracias al respaldo del Gobierno, las comunidades locales se están levantando para tomar cartas en el asunto.
Bautizada 'Ma’awisley' en honor del sarong (paño de colores) que lucen muchos de sus miembros, esta milicia que lucha contra Al-Shabaab se nutre de ciudadanos locales. Creada en 2018, lleva luchando desde entonces contra grupos de Al-Shabaab con distintos niveles de éxito. Sin embargo, ha servido de inspiración para que otras comunidades de la zona central de Somalia se levanten contra el terror. En junio, los habitantes de Bahdo, una aldea que se resistía a pagar los impuestos que exige Al-Shabaab, repelieron un ataque importante del grupo. El líder del Estado de Galmudug, Ahmed Abdi Kariye, dijo que habían abatido a 70 combatientes de Al-Shabab.
El Gobierno de Somalia y la ATMIS (Misión de Transición de la Unión Africana en Somalia) han destacado la colaboración entre la población local y las Fuerzas de Seguridad de Somalia para liberar distintas localidades como El Dher, Harardhere y Gal’ad en el Estado de Galmudug.
El responsable de la ATMIS, Mohamed El-Amine Souef, añade: 'Los somalís saben que su enemigo número uno es Al-Shabaab. Por eso, el Ejército Nacional de Somalia recibe tanto apoyo del pueblo sobre el terreno y los Estados federales miembros.'
La ATMIS y el Ejército de Somalia seguirán colaborando en misiones de combate conjuntas contra Al-Shabaab, y seguirán coordinándose con las milicias y los clanes para mantener los territorios recuperados y consolidar las administraciones locales. Los recientes esfuerzos del Gobierno para dar estabilidad al país y ayudar a las fuerzas de seguridad somalís incluyen la solicitud de apoyo aéreo al Mando Estadounidense en África.
La Iniciativa de Accra nació del deseo de siete países de África occidental de combinar recursos y compartir estrategias para encontrar formas efectivas de combatir el terrorismo y el extremismo violento en la región del Sahel.
La expansión del extremismo llevó a que se celebrara la primera conferencia antiterrorista en Accra en noviembre de 2022, a la que acudieron representantes de Benín, Burkina Faso, Costa de Marfil, Ghana, Mali, Nigeria y Togo.
El intercambio de información e inteligencia ha sido el principal objetivo del grupo, además de llegar a un acuerdo para crear una fuerza militar especializada para combatir a los yihadistas que han desestabilizado la región.
Ghana y Costa de Marfil celebrarán conjuntamente este año las maniobras militares internacionales Flintlock-23, diseñadas para reforzar la capacidad para contrarrestar el violento extremismo en la región.
Estas maniobras anuales permiten a las fuerzas africanas entrenarse con las fuerzas de operaciones especiales avanzadas de Estados Unidos para mejorar sus propias capacidades y mejorar las relaciones con otros cuerpos militares africanos de la región.
En ellas participarán más de 1300 militares de 30 países africanos y aliados, y en su programa se prevé el desarrollo de una red global de fuerzas de operaciones especiales africanas y de otros continentes.
Durante sus dos semanas de duración, los participantes podrán aprender las mejores prácticas y se les enseñará a adaptarse a las amenazas emergentes asociadas con las nuevas estrategias y tecnologías.
La seguridad marítima también aumenta al armonizar las tácticas y el apoyo internacional.
La constante disminución del número de incidentes de piratería y robos con armas en el mar en el Golfo de Guinea desde 2020 se atribuye a los esfuerzos concertados y coordinados de las autoridades de Nigeria y Togo, junto al apoyo de socios regionales e internacionales.
Las maniobras, que se celebrarán en Lagos, Nigeria, se llevarán a cabo en puerto y en el mar e incluirán operaciones marítimas, familiarización con el mando e intercambio de información sobre atención sanitaria, operaciones de rescate y técnicas de abordaje.
En las maniobras navales internacionales más grandes de África occidental y central, las Obangame Express (OE23), celebradas en enero de este año, participaron 33 naciones.
Más hacia el este, la cooperación regional entre Burundi, Yibuti, Etiopía, Kenia y Uganda se ha materializado en una misión estratégica para mantener la paz y aumentar la estabilidad en Somalia, como parte de la ATMIS. Kenia, Etiopía y Djibouti han proporcionado apoyo adicional y se han unido a la ofensiva contra Al-Shabaab.
En Kenia se celebró también el Justified Accord 2023, unas maniobras multinacionales en las que participaron unidades de más de 20 países para aumentar el estado de preparación de los socios para misiones de paz, respuesta a crisis y ayuda humanitaria.
Aunque es esencial actuar contra las causas de la privación de derechos, ya que dan alas al terrorismo, también es fundamental garantizar que las economías africanas estén preparadas para el futuro. En la reciente Cumbre de 2023 de la Unión Africana se trataron asuntos clave como la solidez de los sistemas financieros, la generación de puestos de trabajo y el aumento de los salarios.
Otro proyecto muy potente es la Zona de Libre Comercio Continental Africano (ACFTA). Como indica la ONU, este proyecto insignia podría aumentar el comercio entre los países africanos en un 33 % y recortar a la mitad el déficit comercial del continente. Si se implementa en su totalidad, la ACFTA podría aumentar los salarios un 9 % en 2035 y sacar de la pobreza extrema a 50 millones de personas.
La zona de libre comercio promete una integración económica más amplia y profunda entre las naciones, y atraería la inversión, lo que se traduciría en mejores puestos de trabajo, más oportunidades laborales y menos pobreza.
Reforzar la seguridad económica y el crecimiento a largo plazo en el continente ofrecería más oportunidades para ganarse la vida y una poderosa alternativa al alistamiento en grupos armados.
A pesar del continuo aumento de la insurgencia por todo el continente, las naciones africanas siguen hallando nuevas formas de afrontar la amenaza para la seguridad que suponen los grupos extremistas violentos.
Junto con las iniciativas de seguridad basadas en datos y las campañas contra la desinformación, las colaboraciones más eficaces y diversas están demostrando su valía a nivel local, nacional e internacional.
Si se mantiene la colaboración en materia de seguridad entre los países distintos países y sus socios internacionales, y los esfuerzos se centran en apoyar a las comunidades locales, es posible defenderse de las facciones terroristas e incluso se pueden llegar a eliminar.